Como cuando se enciende un cigarrillo,
y su crepitar inunda el silencio del salón,
así me siento yo,
sin más distracción,
que posicionarme en el filo de un cuchillo,
cual funambulista con disfraz de bufón,
así me siento yo,
en medio del salón
disparando palabras sin apretar el gatillo,
para no desangrarle a nadie el corazón,
comprando limón,
para agriar el sabor
de unos momentos que llenan mis bolsillos
y que rebosan de azúcar mi zurrón,
durmiendo del tirón,
para no caer en el error,
de soñar que soy el rey de un castillo,
que a pedazos se desploma en mi colchón...
y aquí en mi interior,
en lugar del corazón,
tengo latiendo a contratiempo un ladrillo
primera piedra de los cimientos de una ilusión.
2 comentarios:
Jou, cada vez te superas más!!!
eyyy..gracias!!que va...simple palabrería!
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