Durante las explosiones de luz
que asolaron mi oscuridad
encontré ráfagas de colores,
que avisaban de la soledad,
el ruido estruendoso no dejaba oír
el canto de sirena,
las nostalgias, la melancolía,
el dolor de saber que no existía
ni la musa perfecta,
ni el beso perfecto...
y los bosques donde paso mis noches
alertan de las espinas
que son maleza que joden senderos
deshechos y ruinas,
pasiones inconclusas, deseo, miseria
ratas que buscan comida
y espejos hechos trizas...
y en la copa del árbol más alto
se encuentra mi corazón
enfermo de dudas, desconfianzas
y desazón...
latiendo aullidos a la luna
para que le devuelva la ilusión...
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