Cada grieta de la tierra
que recubre mi piel, es sólo parte,
de la sequedad que resulta
de nuevo querer,
cada ilusión,una tormenta de arena
que ciega mis ojos y
mi corazón se envenena
del miedo que dejó tanta pena.
otra sonrisa,
la esperanza de convertirme en rio
y regar jardines,
que son pasiones que matan el frio,
que son colores
que enbellecen tanto hastío.
Y me quedo en mi desierto,
cual lagarto al sol,
con mi lengua al aire
mirando a ninguna dirección,
por que ya no quiero ni pasado
pero tampoco veo futuro,
me quedo cual lagarto
quieto, coleando y desnudo.
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