5 mar 2009

Caricias

Vuelven,
los ojos que miran
la dulce ventisca
quepalpa tu cuerpo
buscando conquista.

Doblan,
de nuevo campanas
al ver tus lunares
saciando ser yo
quien rece en sus altares.

Vibran,
placeres a galope
que trotan desbocados
conviertiendo el viaje
casi en un pecado.

Rozarte es un lujo, un regalo al tacto,
ofrenda en caricias
con las que hice un pacto.
Mis manos el arma, que atentan tu espalda
mis dedos las balas
que surcan tu piel erizada.

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